Recientemente unos investigadores de la Universidad de Sídney en Australia y de Ratisbona en Alemania han descubierto que también puede comabtir el efecto embriagador del alcohol.
Todo empezó cuando Dr. Michel T. Bowen y sus compañeros dieron oxitocina a cierto número de ratas que previamente habían ingerido alcohol. Consecuentemente, éstas no sufrieron los típicos efectos de descoordinación que ocurren normalmente cuando uno tiene borrachera.
La explicación a este suceso es que la oxitocina evita que el alcohol llegue a los puntos concretos del cerebro que controlan las consecuencias del beber. Dichas zonas son conocidas como subunidades delta de los receptores GABA-A.
Desgraciadamente, este experimento aún no se ha probado en humanos, por lo tanto no se sabe si en nuestra especie también funcionaría esta cura para el borrachismo. Aunque los expertos creen que más ventajas de esta hormona serían que evitarían las dificultades en el habla y la cognición después de consumir grandes cantidades de alcohol.
Por otro lado, es importante resaltar que el hecho de ingerir oxitocina después de beber alcohol, no elimina la cantidad de alcohol en la sangre, por lo tanto en los controles de alcoholemia seguiría salieno positivo y no podría conducir.
Para acabar, hay otra punto muy positivo que si llegara a confirmar mediante experimentos podría ayudar a tratar a alcohólicos. Este punto es que el hecho de que evite que el alcohol llegue a ciertas zonas del cerebro podría crear también que esa persona no sienta ansias por beber.
De manera que este es un gran descubrimiento que podría en un futuro ser un gran éxito.
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